Los entrevistadores de trabajo algunas veces parecen sádicos que quieren ver cuanto dolor son capaces de soportar los candidatos por tal de ganar un puesto de trabajo. A veces incomprendidos, aquí tenemos su código de conducta para poder entender algunas de sus acciones:
1. Nunca atiendas al candidato a la hora acordada. Házle esperar, que para eso está. Tú estás demasiado ocupado terminándote el café.
2. Nunca te dirijas a una sala reservada previamente para la entrevista. Da vueltas por la empresa buscando una, con el candidato siguiéndote detrás como un perrito. Casi, casi, le puedes oír jadear de la carrera.
3. Empieza la entrevista con cara amablemente condescendiente para luego terminarla con una clara expresión de rechazo en tu rostro, te diga lo que te diga. No le des ninguna oportunidad. Que se entere.
4. No te leas nunca el CV antes. Haz preguntas obvias para que repita lo mismo que está escrito en el papel. De vez en cuando, haz semblante de estar apuntando algo increíblemente crucial. Si puede ser con cara de escepticismo, mejor que mejor. Desestabilízale. Para que vea que ya te ha quedado claro que es un mentiroso.
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5. Haz preguntas sobre temas sobre los que no tienes ni idea, como la posición estratégica de la alianza de las filiales auxiliares del grupo en el mercado indo-chino o la estructura de los precios objetivo de las acciones compartidas en el mercado de futuros con vistas a una OPA hostil.
6. Pon cara de asco cada vez que el candidato te responda. No te cortes, aunque tengas pinta de estar teniendo un ataque epiléptico. Y anótalo todo, todo. Nunca sabes si, en caso de que le contrates, no vas a tener que entrevistarle otra vez porque no te acuerdas de quién era.
7. Ponle preguntas estúpidas, como "por qué te presentas para este puesto si tienes nivel para mucho más" y cuando te conteste "es para el que Ud me ha llamado y tampoco especificó Ud nada en el anuncio" pon otra vez cara de asco y reprueba enérgicamente con la cabeza.
8. Pregúntale cuánto quiere ganar, y en cuanto te lo diga -da igual la cantidad - cierra su dossier de un golpe y ni siquiera anotes la cifra. Pon cara de asco. Da por terminada la conversación.
9. Dile "ya te llamaremos" con tu mejor tono de "ya sabes que NO te llamaremos".
10. Vuelve a tu cubil y tira su dossier a la papelera. Cuanto tu colega te pregunte por él, contesta enfáticamente "muy bueno, pero ya sabes que el puesto está dado en interno". Luego vete a por un café. Te lo has ganado.
Sacado de Por fin es lunes
jueves, noviembre 23, 2006
Los 10 mandamientos de un RRHH
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